-Hola -dijo amablemente el chico-, ya es hora de cenar.
Contenta de que por fin alguien la tratase normalmente sonrió de oreja a oreja.
-Hola, ahora en seguida bajo, ¿qué hay de cenar?
-De primer plato hay sopa de verduras, y de segundo pollo. De postre puedes tomar, o fruta, o pudin. No te recomiendo el pudin, está lleno de moho.
Soltando una carcajada, se levantó y se fue hacia el baño dando ha entender que quería privacidad. Mientras se arreglaba el cabello y las ropas, pensaba, que el nombre de Emma Walk le había salido como muy rápido, ¿y si ese era su nombre? ¿Por fin podría encontrar respuestas? Se deshizo de aquella esperanza, porque si no era así, se llevaría un chasco. También pensó que debería averiguar dónde se encontraba y conseguir un guía, pero sin dinero le iba a resultar difícil. Bajó por la destartalada escalera, y al llegar al comedor, vio al ayudante sentado en una mesa, con dos platos de sopa enfrente de él. Cuando la vio en el pie de la escalera, le hizo una seña para que fuese. Esto le sorprendió, a lo mejor él la conocía. Le miró, y por primera vez se fijó bien en él: parecía simpático, y el simple gesto que tenía de sonreír le pareció que era contagioso, porque sin darse cuenta empezó a sonreír. Finalmente se dirigió a su mesa, pero una pequeña parte de su cerebro, algo de su vida pasada, le decía que siempre estuviese alerta. Se preguntó de nuevo, quién fue anteriormente.
-Hola de nuevo -dijo el chico-. Te he pedido la comida. Espero que no te importe.
-No claro que no. Gracias.
-No hay de que. Te vi llegar, parecías desorientada, no eres de por aquí ¿verdad?
"Oh, dios mío -pensó Emma acalorada-. Responde con preguntas, responde con preguntas y salte por la tangente"
-Y tú, ¿eres de por aquí?
-No.
-Y ¿qué haces aquí?
-Trabajar, ¿es que no se nota?
-La verdad, no me pareces ayudante de Julia. Esa mujer es una gruñona, y no creo que deje un respiro a nadie. Y, sin embargo, tú estás tan tranquilo conversando conmigo. La verdad, no me cuadra.
-Perdona, pero en realidad estoy en mi turno de descanso para la cena.
-Ah claro -dijo sarcásticamente Emma.
-Bueno, si no me quieres creer, allá tú, pero aún no has contestado a mi pregunta.
"Mierda -maldijo Emma."
-Mmm... No, no soy exactamente de aquí, y la verdad es que estoy un poco perdida.
-¿Te puedo ayudar a encontrarte?
-No tengo dinero.
-Contaba con ello.
-Antes de nada, creo que debería saber tu nombre ¿no?
-Oh, claro, que despiste. Soy Will, encantado -le tendió la mano.
-Yo Emma -y le estrechó la mano.